13 de noviembre de 2008

LA GUERRA DE TROYA

La Ilíada, el gran relato poético de Homero sobre la guerra de Grecia y la ciudad de Troya, al noroeste de Asia Menor, constituía lectura fundamental en la antigua Grecia, donde se reconocía plenamente su importancia literaria, pues servía de texto básico en el sistema educativo. Los griegos consideraban este poema épico la narración de la historia de sus antepasados. Los hallazgos arqueológicos han venido a demostrar que Troya, cuyo tamaño y situación, próxima a la costa, le conferían gran importancia, fue realmente destruida por el fuego y abandonada hacia 1100 a. C. Estos acontecimientos tuvieron lugar en las postrimerías de la Edad del Bronce, y los guerreros que describe Homero emplean este metal, además del hierro. Troya se conocía asimismo en la antigüedad con el nombre de Ilión o Ilium, del que deriva el título de la epopeya.
La narración se inicia con los personajes de Príamo y Hécuba, reyes de Troya. Al nacer Paris, uno de sus cincuenta hijos, Hécuba sueña que ha dado a luz a quien destruirá la ciudad. El niño es abandonado, pero sobrevive milagrosamente y se hace pastor. Años más tarde vence a sus hermanos en un combate, es reconocido como hijo de Príamo y aceptado en la casa real.
Entre tanto, se celebra la boda del mortal Peleo con Tetis, ninfa marina. Un oráculo habría predicho que Tetis tendría un hijo más glorioso que su padre: Aquiles, el mejor de los guerreros griegos. Ofendida por no haber sido invitada a la boda, la diosa Eris ("discordia"), envía una manzana de oro al banquete con la siguiente inscripción: "para la más bella". Atenea, Hera y Afrodita se autoproclaman destinatarias de la manzana y Zeus designa que sea Paris quien juzgue quién es la más bella de las tres. Atenea le promete a Paris la sabiduría y la victoria en la guerra si ella gana; Hera le promete el poder real; y Afrodita, la mujer más bella del mundo. El sensual Paris elige a Afrodita y, en consecuencia, Troya se hace acreedora de la enemistad de Atenea y Hera.
El juicio de Paris

El premio que obtiene Paris es Helena, hija de Leda y Zeus y esposa de Menelao, rey de Esparta, adonde acude Paris en calidad de huésped de honor y después, con la ayuda de Afrodita, se fga con Helena a Troya.

Todos los príncipes griegos que habían sido pretendientes de Helena prometen protegerla de cualquier futuro desmán. Se reúnen a instancias de Menelao y su hermano Agamenón, rey de Argos, y emprenden una gran expedición para ir a Troya y vengar el rapto de Helena. Al principio, dos guerreros, Aquiles y Odiseo, se resisten a formar parte del grupo. Aquiles se disfraza de mujer y Odiseo simula estar locos, pero ambas estratagemas fracasan y se unen finalmente a la expedición. Los griegos se reúnen en Áulide, pero Artemisa, partidaria de los troyanos, detiene su flota. Agamenón se ve obligado a sacrificar a su hija Ifigenia para obtener vientos favorables. Por último, el grupo leva anclas, rumbo a Asia Menor, establece el campamento en las afueras de Troya y asedia la ciudad durante diez años.

En el transcurso del asedio, Agamenón se apodera de Criseida, hija del sacerdote de Apolo Crises, como botín de guerra, y en este punto se inicia la Ilíada. El sacerdote le ruega que le devuelva a su hija y, al no ser atendida su petición, implora a Apolo que destruya a los griegos. La peste asola el campamento; al cabo de unos días se desvela el motivo de la enfermedad y Agamenón entrega a Criseida a su padre. Enfurecido por la pérdida, Agamenón quiere adueñarse de otra mujer, Briseida, premio del griego Aquiles, quien se niega a continuar luchando.

Héctor, hijo mayor de Príamo y principal guerrero troyano, dirige el avance desde Troya, llega al lugar en el que están anclados los navíos griegos y da muerte e hiere a muchos héroes. Patroclo, el mejor amigo de Aquiles, le ruega a éste que le preste la armadura para que los troyanos crean que el héroe aún está participando en el combate y se retiren. Al principio, Aquiles se niega, pero finalmente accede y aconseja prudencia a Patroclo, quien desatiende la advertencia y, si bien obliga a retroceder a los troyanos, muere a manos de Héctor.

Aquiles y Patroclo



Muy afligido, Aquiles regresa a la batalla en busca de venganza. En una escena célebre, persigue tres veces a Héctor alrededor de las murallas de Troya y lo mata en combate singular. Se celebran un grandioso funeral y juegos funerarios en honor de Patroclo, pero los troyanos no pueden otro tanto para honrar a Héctor porque Aquiles ha escondido y profanado su cadáver. Encolerizados, los dioses obligan al héroe griego a aceptar un rescate y a devolver el cuerpo del troyano a Príamo. Aquiles muere cuando el mismo Paris le clava una flecha en el talón, su único punto vulnerable, y su armadura va a parar a manos de Odiseo, el segundo mejor guerrero. Poco después, el arquero Filoctetes mata de un disparo a Paris.

El caballo de Troya

Troya está condenada desde la muerte de Héctor, el principal guerrero. A Odiseo se le ocurre la idea de construir un enorme caballo de madera hueco en cuyo interior se esconde la flor y nata del ejército griego, mientras su flota se aleja, como si acepatara la derrota. Los troyanos creen que el caballo es una ofrenda a los dioses y lo meten en la ciudad. Por la noche, los griegos salen de la estructura de madera y abren las puertas de la ciudad a los demás guerreros, que han vuelto a desembarcar. Troya es saqueada y asolada por el fuego. Príamo y sus hijos son asesinados y Hécuba y las troyanas tomadas como esclavas.

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA:

HOMERO: La Ilíada. Ed. Espasa-Calpe, 1962.

LÓPEZ PÉREZ, J. A.: Historia de la literatura griega. Cátedra, 1988.

WILLIS, R.: Mitología del mundo, Evergreen, 2006.

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