En el sistema jeroglífico egipcio, la torre es signo determinante que expresa la elevación de algo, o la acción de elevarse por encima de la norma vital o social. La torre, pues, corresponde al simbolismo ascensional primordialmente. En la Edad Media, torres y campanarios podían servir como atalayas, pero tenían un significado de escala entre la tierra y el cielo, por simple aplicación del simbolismo del nivel para el cual altura material equivale a elevación espiritual. El símbolo de la torre, por su aspecto cerrado, murado, es también emblemático de la Virgen, como muestran numerosas pinturas y grabados alegóricos que recuerdan las letanías.
Como la idea de elevación, antes mencionada, implica la de transformación y evaolución, de ahí que el atanor u horno de los alquimistas tuviera forma de torre, para expresar que la metamorfosis de la materia implicaba un sentido ascensional. Recordemos, asimismo, la torre de bronce en que fue encerrada Dánae, la madre de Perseo.
Por otra parte, tenemos la analogía torre-hombre. Así como el árbol se acerca a la figura humana, la torre es la única forma de construcción que toma la vertical como definición. Las ventanas del último piso corresponden a los ojos y al pensamiento. Por esta causa se refuerza el simbolismo de la Torre de Babel como empresa quimérica, que conduce al fracaso y al extravío mental. De igual modo, el arcano decimosexto del tarot expresa la catástrofe en forma de torre herida por el rayo. La imagen alegórica presenta una torre semiderruida por un rayo que cae sobre ella en la parte superior (cabeza). Los ladrillos son de color carne para ratificar que se trata de una construcción viviente, imagen del ser humano. Dos personajes caen heridos por los materiales que se desprenden de la torre; el primero es un rey; el segundo, el arquitecto de la torre. Expresa el peligro a que conduce todo exceso de seguridad en sí mismo y su consecuencia, el orgullo, en relación, nuevamente, con la Torre de Babel.
No obstante, en el simbolismo de la torre cabe hallar una ambitendencia. Su impulso ascensional iría acompañado de un ahondamiento: a mayor altura, más profundidad de cimientos.
La Torre de Babel suele represnetarse como una construcción de tipo zigurat. Según se relata en el Génesis, los hombres pretendían con ella alcanzar el Cielo. Para evitar tal empresa, Dios hizo que los constructores empezasen a hablar diferentes lenguas, reinando así la confusión y la disperisón de los hombres. Al principio, todos los hombres hablaban una misma lengua. Se dirigieron a oriente y se asentaron en una llanura de Senaar. Decidieron edificar una gran torre cuya cúspide pudriera tocar el cielo. Usaron ladrillos en lugar de piedras y betún en vez de argamasa. Dios, enfurecido, dividió la única lengua en varias, provocando que los hombres no pudieran entenderse y así, se separaron. Los arqueólogos han intentado ubicar esta construcción: para unos, estaría en la actual Irak, sobre todo, al oeste de Bagdad; para otros, se encuentra cerca de la antigua Babilonia.
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA:
CIRLOT, J.E.: Diccionario de símbolos. Siruela, 1997.
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