El Cantar de los Cantares o de Salomón es una colección de poemas redactados durante los siglos V-IV a.C. que une sensualidad y espiritualidad, amor humano y divino. Nos enseña la sabiduría a través de la unión de los amantes.
EL ESPOSO
¡Qué hermosa eres, amada mía, / qué
hermosa eres! / Son palomas tus ojos
vistos a través de tu velo.
Son tus cabellos rebañito de cabras / que
ondulantes van por los montes de Galad.
Son tus dientes cual rebaño de ovejas
de esquila / que suben del lavadero, /
todas con sus crías mellizas, / sin que
haya entre ellas estériles.
Cintillo de grana son tus labios, / y tu
hablar es suave. / Son tus mejillas mitades
de granada / através de tu velo.
Es tu cuello la torre de David, rodeada
de trofeos, / de la que penden mil
escudos, / todos escudos valientes.
Tus dos pechos son dos mellizos de gacela
que triscan entre azucenas.
Antes de que refresque el día y se
extiendan las sombras, / iréme al monte
de la mirra, / al collado del incienso.
Eres del todo hermosa, amada mía, / no
hay tacha en ti.
Ven del Líbano, esposa; / ven del Líbano,
llega, / ven de la cumbre del Amana, /
de las cimas del Sanir y del hermón, /
de las guaridas de los leones, / de los
montes de las panteras.
Prendiste mi corazón, hermana,
esposa, / prendiste mi corazón en una de tus
miradas, / en una de las perlas de tu collar,
¡Qué dulces son tus caricias, hermana
mía, esposa! Dulces más que el vino son
tus amores, / y el olor de tus ungüentos es
más suave que el de todos los bálsamos.
Miel virgen destilan tus labios, esposa
mía, / leche y miel bañan tu lengua, / y
es el olor de tus vestidos el perfume del
incienso.
Eres jardín cercado, hermana mía,
esposa; / eres jardín cercado, fuente sellada.
Es tu plantel un bosquecillo / de granados
y frutales los más exquisitos; / de
alheñas y de nardos.
De nardos y azafrán, de canela y
cinamomo, / de todos los árboles de
incienso, / de mirra y áloe, / y de todos los más
selectos balsámicos.
eres fuente que mana a borbotones, /
fuente de aguas vivas, / que desciende
del Líbano.
El Cantar de los Cantares es el único libro bíblico cuyo tema principal es el amor erótico. La ortodoxia judía y cristiana, en cambio, interpretó el texto como una alegoría del amor de yavé por Israel o el amor de Dios por la Iflesia y sus fieles.
Se ha dicho que el autor es una mujer, es más, una mujer de color que afirma que su negritud es hermosa. Otros estudiosos sugieren que el autor real es un hombre que dio al texto una voz poética femenina. Es un hecho la contribución real de las mujeres a la poesía y a los cantos desde sus orígenes floclóricos, peor no puede saberse con exactitud porque en el texto hebreo original no hay indicación de los sujetos que hablan. De ahí que se piense también que los versos sean homoeróticos. La fecha tardía de los Cantares apoya la hipótesis de que, después de Alejandro Magno, es evidente al influencia en Palestina del impacto de la cultura griega y su educación homoerótica.
Los enamorados juegan papeles variados: de princesa y rey, de campesina y pastor; referencias a "la Amada", "el Amado" o "los Amigos". El amante se dirige a Sulamita como "novia", "esposa" o "hermana", pero constituyen sutiles metáforas. También se ofrecen juegos poéticos de intercambio de papeles y ambientes, del cortesano al campesino, pasando por el urbano.
Junto al énfasis en la bondad y el placer del amor sexual humano, los Cantares defienden la libertad y el gran poder del amor como expresión de Dios. Se integran, pues, así el amor erótico y el amor espiritual. Si Dios es amor y el amor humano viene de Dios, es lógico pensar que la sexualidad humana no resulte algo sucio o pecaminoso, ni que el cuerpo sea inferior al espíritu.
La Sulamita nos ofrece su sabiduría y nos trae la paz de la experiencia erótica, pero no pretende imponer sus leyes. La presencia femenina es constante, como en el caso de las madres, ya que son éstas las que transmiten las tradiciones del amor. Se ha pensado en que el texto haga referencias a una sociedad matriarcal edénica, anterior al patriarcado opresor.
El libro celebra también el erotismo con imágenes de la Naturaleza: plantas, productos exósticos, animales tiernos, etc., que tanto nos recuerda a las características de nuestra lírica popular, pese a la distancia temporal.
Como ya se ha dicho, los Cantares no pretenden ofrecer al lector una ética del amor, sino una sabiduría popular y ancestral para llegar a la paz (shalom), al bienestar total y a la vida abundante a través de la unión gozosa de los amantes y en comunión con la Naturaleza.
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA:
FERNÁNDEZ TEJERO, E.: El cantar más bello. Cantar de los cantares de Salomón. Trotta, 1998.
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