8 de noviembre de 2008

ANDRÓGINO



En muchos monumentos egipcios, como en el pedestal de uno de los colosos de Memnón, aparecen divinidades hermafroditas relacionadas con el mito del nacimiento. El andrógino es así el resultado de aplicar al ser humano el simbolismo del número dos. En la India, este ser doble -ya escindido en dos sexos, pero aún ligados en una sola personalidad- era la fuerza, la luz de la que emana la vida. Los antiguos mexicanos conocieron también el mito del andrógino: Quetzalcóalt es dicha concepción, que reúne en sí los valores separados de los principios y de los sexos que existencialmente se contraponen. Se trata de una deidad generadora.
Platón, en su Banquete, dice que los dioses formaron primeramente al hombre en figura esférica, integrando los dos cuerpos y los dos sexos. Según el relato de Aristófanes, un tercio de la humanidad de antaño estaba constituida por seres andróginos completos. Estos antepasados tenían forma de esfera porque la esfericidad remite a la idea de perfección, de plenitud, al huevo cósmico o primordial, tan presente en otras mitologías y religiones. Dicha redondez les confería cualidades superiores, como gran fuerza y vigor, pero este privilegio termina por convertirlos en unos seres temerarios e insolentes. así que el castigo que les infligen los dioses es una "catástrofe": cada mitad es separada, las mitades son mezcladas y tratan en vano volver a emparejarse de nuevo. Esta tragedia del ser que recoge el relato (influido posiblemente por creencias órficas, babilónicas e hipocráticas) viene a traducirse como alegoría del origen de la atracción sexual y del amor. El amor sería una conducta nostálgica que los seres humanos sentimos por volver al estado de plenitud de la androginia.
En alquimia, el andrógino recibe el término Rebis (cosa doble). El andrógino alquímico es una personificación alegórica del equilibrio entre atributos masculinos y femeninos. Representa el dualismo universal, la unidad de los contrarios y la conquista de la personalidad plenamente integrada.
El mito del andrógino ha sido recuperado por los surrealistas. Breton, Eluard, Aragon, Duchamp se basan en la concepción del andrógino para sacralizar a la mujer, quien adquiere facultades casi cósmicas, como mediadora entre el mundo y el hombre. La amada sería la clave para lograr la plenitud ancestral.
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA:
CIRLOT, J.E.: Diccionario de símbolos. Siruela, 1997.
LIBIS, J.: El mito del andrógino. Siruela, 2001.
BATTISTINI, M.: Astrología, magia, alquimia. Electa, 2005.

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