¿Quieres saber por qué en la India se venera a las vacas?
Marvin Harris, antropólogo perteneciente a la corriente denominada materialismo cultural, analizó en los años 60 el tabú establecido en la India por el cual está prohibido alimentarse de las vacas. Para nosotros, occidentales, puede resultarnos absurda y arbitraria esta prohibición en un país con una población escasamente alimentada. Desde el prisma occidental, el problema del hambre podría resolverse si se usara a las vacas como alimento. Sin embargo, Harris, nos demuestra cómo podemos evitar nuestros prejuicios a través de un análisis no sólo religioso, sino ecológico y económico.
El tabú de matar y comer vacas deriva del ahimsa, doctrina hindú sobre la santidad de la vida. Pero esta cuestión tiene menos importancia de lo que pensamos. La vaca mantiene con el hombre una relación simbiótica y cooperativa, es decir, dentro del ecosistema no compiten con nosotros. La vaca se alimenta con productos marginales o secundarios que son inutilizables por los hombres, no nos quitan alimentos. Además, las vacas convierten esos productos en otros nuevos de gran utilidad. Es cierto que la leche producida por las vacas es mínima en comparación con la europea, pero detengámonos en otras cuestiones.
En primer lugar, los bueyes son absolutamente necesarios para el trabajo de los campos. Debido a las condiciones climatológicas de la India, es preciso que cada familia tenga sus propios animales para preparar la tierra antes de las lluvias monzónicas. Si un campesino matara y comiera a las vacas, se arriesga a no tener las tierras acondicionadas y esto le conduciría a la ruina.
En segundo lugar, los excrementos de las vacas tienen varias utilidades: como combustible para cocinar, como fertilizante y, una vez secado al sol, como construcción del piso de las casas. El excremento de la vaca permite que se cocine a un fuego muy lento y que las mujeres se dediquen mientras tanto a otros trabajos.
En tercer lugar, hay que tener en cuenta los distintos puntos de vista del rico y del pobre: para el pobre campesino, la vaca es un mendigo sagrado, para el rico es un ladrón. Con frecuencia, las vacas del pobre entran en las tierras del rico y, aunque éstos se quejen, han de devolverlas a sus verdaderos dueños. Así que la vaca juega un papel de distribución de la riqueza.
Además, no es del todo cierto que la carne de las vacas no se coma. En la India, la gente de las castas más bajas pueden comer la carne de las vacas muertas.
Por todas estas razones -entre otras-, el hecho de enviar sistemáticamente vacas al matadero no tiene para la India ningún sentido, porque privaría a esta pobre gente de la posibilidad de alimentarse de las vacas muertas y, al resto, de todos los demás recursos.
Marvin Harris demostró que el tabú de la vaca sagrada está directamente relacionado con sociedad de bajo consumo de energía que maximizan los escasos recursos de los que disponen. Un tabú que encierra en sí mismo el principio de la utilización escrupulosa y pormenorizada de todos los recursos.
Así se entiende y explica por qué es venerada y respetada la vaca en la India.
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA:
HARRIS, M.: Vacas, cerdos, guerras y brujas. Los enigmas de la cultura. Alianza, 1974.
MARTÍNEZ VEIGA, U.: Historia de la antropología. Teoría, praxis y lugares de estudio. UNED, 2008.
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