25 de noviembre de 2008
El mito clásico en la pintura
23 de noviembre de 2008
LA FUNDACIÓN DE ROMA



CISNE

Símbolo de gran complejidad. El cisne estaba consagrado a Apolo como dios de la música, por la mítica creencia de que, poco antes de morir, cantaba dulcemente. La casi totalidad de sentidos simbólicos conciernen al cisne blanco, ave de Venus, por lo cual dice Bachelard que, en poesía y literatura, es una imagen de la mujer desnuda, de la desnudez y la blancura inmaculadas. Sin embargo, el mismo autor, profundizando más en el mito del cisne, reconoce en él cierto hermafroditismo, pues es masculino en cuanto a la acción y por su largo cuello, y femenino por el cuerpo redondeado y sedoso. Por todo ello, el cisne se refiere siempre a la realización suprema de una deseo, aludiendo así a su supuesto canto: símbolo del placer que muere en sí mismo. Según Schneider, es también símbolo funerario, del viaje al inframundo, junto con el arpa. Mientras el cisne-arpa representa la melancolía y el autosacrificio, el pavo real-laúd, situado entre tierra y aire, representa el pensamiento lógico.
Es sin duda en la literatura europea de fin de siglo cuando el símbolo cobra una enorme relevancia. En Baudelaire es una imagen que simboliza el destino del poeta, condenado a la humillación, forzado a arrastrar su espléndido plumaje en el polvo de la ciudad, llorando la pérdida del "lago natal" y su destierro en un medio hosco, feo. Así, el poeta se asocia a sus sentimientos, emblema de su condición, de su condena a vivir entre la vulgaridad. Prisionero en el hielo de su propio fracaso, el gran cisne de Mallarmé, sufre en el lago que lo retiene la memoria de su fracaso. Es, pues, símbolo de la impotencia y de la duda, habiendo renunciado a un futuro libre, aceptando con angustia la parálisis que el espacio le impone.
Si el cisne resulta el símbolo más revelador de la época es porque en él se manifiesta una imagen del poeta que lo expresa a la perfección. Reminiscencias mitológicas surcan con él los lagos poéticos del momento: Leda en su éxtasis, Lohengrin en busca del Graal... Todos ellos asociados a la imagen del cisne.
También lugares que se convierten en espacios líricos de funcionamiento simbólico: jardines de Versalles y de Aranjuez, parques crepuesculares, lagos más soñados que existentes. El cisne es una figura sublimada en que el poeta quisiera reconocerse. Su soledad proponía una imagen del aislamiento que exige la poesía al creador, por lo que el cisne se convierte en símbolo de la poesía misma, de la belleza que se exhibe con inoslencia, de la pureza, el misterio y la altivez, del ansia de vuelo y de los enigmas, como propuso Darío por su encorvado cuello. Si el cisne es enigmático (o interrogativo) es porque quienes lo contemplan en su marco natural terminan por asociarlo a los significados al ocultos, al ocultismo, que tanto atraía a los modernistas. Para Alfonsina Storni, los cisnes son flores y representan a su alma femenina. Los ve como enigmas vivientes, en constante metaformosis y es el amor-dolor lo que le caracteriza. Por su parte, Delmira Agustini también ofrece una versión floral del cisne, pasando de lo concreto a lo abstracto, agudizando lo enigmático con ciertos toques sensuales y eróticos.
Símbolo del amor, cisne rojo de la pasión. El cisne negro y el cisne blanco, sin embargo, aparecen como imágenes antagónicas. El cisne negro suele simbolizar la muerte, aunque a veces aparezca como una muerte piadosa. Pero la negrura armoniza con el misterio atribuido a la personalidad del poeta, perenne buscador de imposibles. Cuando el cisne y la esfinge se asocian, la mitología cede el paso a la filosofía. El símbolo cambia de erótico a metafísico y su sentido puede interpretarse como prefiguración del destino. El conocimiento del futuro y de sus arcanos se oculta tras la blancura del cisne, belleza y secreto. Además, los cisnes son testigos que presencian de lejos el navegar de la negra barca en que el hombre viaja por última vez.
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA:
CIRLOT, J. E.: Diccionario de símbolos, Siruela, 1997.
GULLÓN, R.: "Simbolismo y Modernismo", en OLIVIO JIMÉNEZ, J.: El Simbolismo, Taurus, 1979, pp. 21-44.
19 de noviembre de 2008
SERPIENTE


La serpiente es un animal dotado de fuerza magnética. Por su muda d e piel, también es signo de resurrección. Por su carácter reptante significa la fuerza. Los autores antiguos creían que, al mudar de piel, se desprendía también de su vejez. Se le ha considerado también el más espiritual de los animales. Según Zimmer, la serpiente es la fuerza vital que determina nacimientos y renacimientos, por lo que se le identifica con la Rueda de la Vida. Esta identificación aparece expresada en la imagen dle Ouroboros o serpiente que se muerde la cola; la mitad debe ser clara y la otra oscura, como el símbolo chino Yang-Yin, lo que expone la ambivalencia esencial de la serpiente y su pertenencia a los dos aspectos, positivo y negativo, activo y pasivo, constructivo y destructivo. La serpiente, además de por su forma circular que la asociaa una posición cósmica, aparece relacionada con frecuencia con otros elementos. El más frecuente es el árbol. Unidos ambos prefiguran míticamente a Adán y Eva. Por otra parte, la imagen de la "serpiente emplumada", propio de la América precolombina, supone la síntesis de los contrarios (cielo y tierra). La contraposición de dos serpientes, como en el caduceo de Mercurio, indica el equilibrio de fuerzas. La multiplicación de cabezas sólo resalta la significación de la misma, como ocurre en numerosos mitos y cuentos folklóricos. Para los alquimistas, la serpiente señala "lo femenino en el hombre" y ciertos rasgos andróginos. La serpiente domada y su sacrificio implican la sublimación de la fuerza y la aceptación de la muerte.

18 de noviembre de 2008
AGUAS



17 de noviembre de 2008
IGUALDAD DE GÉNERO Y DIVERSIDAD CULTURAL

LITERATURA DE ROMA

El Imperio Romano dominó la mayor parte de la Europa moderna y otras regiones durante los primeros cuatro siglos de nuestra era. La ciudad de Roma tenía un millón de habitantes y el imperio abarcaba cincuenta o más, que hablaban más de cien lenguas además del latín, idioma de la administración central.

15 de noviembre de 2008
DIOSES Y PERSONAJES DE LA MITOLOGÍA GRIEGA
14 de noviembre de 2008
JAIME ALONSO VÉLIZ: LA URGENCIA DE ORFEO

13 de noviembre de 2008
ODISEO DESPUÉS DE TROYA




LA GUERRA DE TROYA

El premio que obtiene Paris es Helena, hija de Leda y Zeus y esposa de Menelao, rey de Esparta, adonde acude Paris en calidad de huésped de honor y después, con la ayuda de Afrodita, se fga con Helena a Troya.
Todos los príncipes griegos que habían sido pretendientes de Helena prometen protegerla de cualquier futuro desmán. Se reúnen a instancias de Menelao y su hermano Agamenón, rey de Argos, y emprenden una gran expedición para ir a Troya y vengar el rapto de Helena. Al principio, dos guerreros, Aquiles y Odiseo, se resisten a formar parte del grupo. Aquiles se disfraza de mujer y Odiseo simula estar locos, pero ambas estratagemas fracasan y se unen finalmente a la expedición. Los griegos se reúnen en Áulide, pero Artemisa, partidaria de los troyanos, detiene su flota. Agamenón se ve obligado a sacrificar a su hija Ifigenia para obtener vientos favorables. Por último, el grupo leva anclas, rumbo a Asia Menor, establece el campamento en las afueras de Troya y asedia la ciudad durante diez años.
En el transcurso del asedio, Agamenón se apodera de Criseida, hija del sacerdote de Apolo Crises, como botín de guerra, y en este punto se inicia la Ilíada. El sacerdote le ruega que le devuelva a su hija y, al no ser atendida su petición, implora a Apolo que destruya a los griegos. La peste asola el campamento; al cabo de unos días se desvela el motivo de la enfermedad y Agamenón entrega a Criseida a su padre. Enfurecido por la pérdida, Agamenón quiere adueñarse de otra mujer, Briseida, premio del griego Aquiles, quien se niega a continuar luchando.
Héctor, hijo mayor de Príamo y principal guerrero troyano, dirige el avance desde Troya, llega al lugar en el que están anclados los navíos griegos y da muerte e hiere a muchos héroes. Patroclo, el mejor amigo de Aquiles, le ruega a éste que le preste la armadura para que los troyanos crean que el héroe aún está participando en el combate y se retiren. Al principio, Aquiles se niega, pero finalmente accede y aconseja prudencia a Patroclo, quien desatiende la advertencia y, si bien obliga a retroceder a los troyanos, muere a manos de Héctor.
Aquiles y Patroclo
Muy afligido, Aquiles regresa a la batalla en busca de venganza. En una escena célebre, persigue tres veces a Héctor alrededor de las murallas de Troya y lo mata en combate singular. Se celebran un grandioso funeral y juegos funerarios en honor de Patroclo, pero los troyanos no pueden otro tanto para honrar a Héctor porque Aquiles ha escondido y profanado su cadáver. Encolerizados, los dioses obligan al héroe griego a aceptar un rescate y a devolver el cuerpo del troyano a Príamo. Aquiles muere cuando el mismo Paris le clava una flecha en el talón, su único punto vulnerable, y su armadura va a parar a manos de Odiseo, el segundo mejor guerrero. Poco después, el arquero Filoctetes mata de un disparo a Paris.
El caballo de Troya

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA:
HOMERO: La Ilíada. Ed. Espasa-Calpe, 1962.
LÓPEZ PÉREZ, J. A.: Historia de la literatura griega. Cátedra, 1988.
WILLIS, R.: Mitología del mundo, Evergreen, 2006.
11 de noviembre de 2008
MUJERES DE LA ANTIGUA GRECIA

PANDORA
Los mitos de Prometeo y Pandora contribuyeron a explicar las penurias que padece la humanidad. La historia de Pandora, creada después del hombre y origen de muchas desgracias humanas, sirvió para justificar la inferioridad social de la mujer entre los griegos.
Aunque Prometeo no colaboró con los Titanes en la lucha contra zeus, lamentaba la derrota de su raza y trató de recuperar la suya ayudando a los hombres, a quienes se trataba como iguales en la época de Cronos pero se los consideraba por entonces inferiores a los dioses. Según otros relatos, fue el propio Prometeo quien creó al primer hombre, Fenón, con barro y agua.
Zeus se enfureció al ver cómo protegía Prometeo a la nueva raza y para vengarse les arrebató el fuego a los humanos, que tuvieron que vivir sin luz ni calor. Prometeo acudió en su ayuda: robó una llama de la fragua de Hefesto y la ocultó en un tallo de hinojo. Zeus pidió a Hefesto que modelara a la primera mujer, Pandora, con tierra. Después de que Atenea y las demás diosas la hubieran adornado con belleza, delicadeza y encanto y de que Hermes le hubiera enseñado las artes del engaño, la enviaron con una jarra a modo de regalo al hermano de Prometeo, Epimeteo, que la presentó en sociedad. Pandora abrió el ánfora y soltó todo lo que contenía, males y enfermedad para la humanidad, quedando dentro la esperanza.
MEDEA
Tras el viaje de los Argonautas, Jasón regresó a Yolco con la hechicera Medea, que le ayudó a vengar la muerte de Esón, al que había ejecutado Pelías. Medea convenció a las hijas de éste de que le convertiría en un hombre joven mediante un encantamiento, pero que para prepararlo, necesitaba primero cortarlo y cocinarlo. Las hijas de Pelias accedieron al plan, mataron a su padre y cocinaron su cuerpo en trozos, y entonces Medea les mostró el engaño.
Sin embargo, Jasón no pudo ocupar el trono de su padre, porque la forma en que había muerto Pelías causó tal escándalo que Medea y él se vieron obligados a huir. Fueron al Peloponeso y se establecieron en Corinto, donde tuvieron varios hijos. Muchos años después, el rey de Corinto, Creonte, ofreció el matrimonio con su hija por razones políticas. Jasón le propuso a Medea divorciarse, pero ésta se enfureció por la traición, envió unas túnicas envenenadas a Creonte y a su hija y ambos murieron entre terribles dolores.
Según Eurípides, después les cortó el cuello a sus propios hijos para hacerle daño a Jasón y escapó a Atenas, a bordo del carro de Helios, el sol, tirado por dragones. Allí, Medea se casa con el rey Egeo, padre de Teseo, y tuvo con él un hijo, Medo. Medea quería que sucediera a su padre en el trono, intentó envenenar a Teseo, sin éxito. Finalmente fue desterrada.
LITERATURA DE GRECIA

El rico legado de relatos, imágenes decorativas y obras arquitectónicas inspirados por los dioses y héroes de la antigua Grecia ha ejercido una profunda influencia en la cultura occidental. Salvo en los inicios de la Edad Media, desde la época romana hasta la actual, pasando por el revivir de la cultura antigua del Renacimiento, las sucesivas generaciones han admirado, adoptado y adaptado la herencia mitológica griega.
Toda ciudada del antiguo mundo griego -que se extendía desde el sur de Italia hasta la costa de Asia Menor e incluía todas las islas griegas del Adriático y del Egeo- poseía sus porpios mitos, héroes y festividades religiosas, circunstancia que dificulta la comprensión de la mitología griega, porque incluso para los acontecimientos más importantes de la biografía de las grandes divinidades circulaban innumerables versiones, en ocasiones incompatibles. Además, existían ritos y celebraciones, como los Juegos Olímpicos, en los que participaban todos los griegos y ciertos héroes, como Heracles, a quienes les estaban consagrados santuarios en todo el mundo griego.
Entre los numerosos relatos y obras literarias que se conocían en el mundo helénico destacan las epopeyas de Homero, y el desarrollo de un núcleo de narraciones que resultaban familiares a todos contribuyó a la creación de un sentimiento de nación griega que servía de vínculo a las ciudades-estado antagonistas de los "bárbaros". Muchos de los mitos griegos más famosos hoy en día son producto de esta tendencia a la evolución de una mitología canónica.
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA:
WILLIS, R.: Mitología del mundo. Evergreen, 2006.
JARDÍN
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El jardín es el ámbito en el que la naturaleza aparece sometida, seleccionada, cercada. Por este motivo constituye un símbolo de la conciencia frente a la selva (inconsciente), como la isla ante el océano. Es a la vez un atributo femenino en los emblemas de los siglos XVI y XVII.
El motivo del jardín se remonta al Paraíso o Jardín del Edén. El Edén es el lugar en el que Dios habría colocado al hombre después de haberlo creado. Edén es una palabra de origen akkadiano, que hace referencia a un lugar puro y natural. El término paraíso (del griego paradeisos y del latín paradisus) vendría a significar mejor el jardín como lugar placentero. El jardín del Paraíso es un aimagen arquetípica de la eternidad, de la inocencia primigenia, de la edad dorada del hombre hasta que éste fue expulsado.
La abundante aparición de estos espacios cuenta con una extensa tradición literaria. El más conocido, además, del jardín bíblico, es del LOCUS AMOENUS como referencia al huerto del amor. En muchos casos, el jardín simboliza un espacio utópico e irreal que representa un marco ajeno a las exigencias del tiempo. Para Roland Barthes, la polaridad dentro del jardín/fuera del jardín representa la vida y la muerte, lo caliente y lo frío, lo interior y privado y lo exterior. El jardín representa el lugar donde no transcurre el tiempo. Estar en el jardín significa intentar escapar de las leyes del tiempo y de la muerte.
Los poetas de Al-Andalus recogieron el símbolo del jardín como belleza femenina, maravilla, perfecta y delicada. En ocasiones encontramos la descripción del cuerpo femenino como geografía edénica, tal vez por las relaciones entre la mujer y la tierra. El hortus conclusus y el citado locus amoenus, acuñados por la antigüedad grecolatina, se hallan presentes en todas las épocas literarias, aunque adaptados por los autores y a los nuevos tiempos. El tópico del locus amoenus parte dle escenario bucólico y pastoril de tema amoroso, un tópico que, como señala Robert Curtius, penetró en la simbología del jardín, convirtiéndose en un lugar en el que no pasa el tiempo. Ahora bien: cuando el tiempo interrumpe, se genera otro tópico que es el de la albada, momento en que los amantes se separan (el amanecer) porque la luz ha penetrado en el jardín.
Por otra parte, relacionado con la sensualidad, debemos recordar la identificación d etardición popular entre el jardín y la virginidad y, por extensión, el goce amoroso, momento en el cual también se anula el tiempo. Pensemos en todos los jardines de amor medievales y en su mayor representante en el Roman de la Rose francés.
Este jardín ameno llega al Renacimiento junto a la descripción de una naturaleza idílica, lugar privado de imágenes lánguidas y sutiles de la expresión amorosa.
El Modernismo elige y desarrolla este motivo porque se ajusta perfectamente a su ideología estética: belleza, elegancia, soledad, evasión del tiempo y del espacio, intimismo, etc. Pero a su vez adquiere nuevas significaciones, como la nostalgia de la infancia y la inocencia perdida, el regreso al pasado feliz o la búsqueda de la propia identidad, lejos de la confusión urbanita. Otras veces, el jardín simbólico se cargará de tintes de tristeza y pesadumbre, por donde el sujeto lírico camina como si de un fantasma se tratara.
Así pues, el símbolo del JARDÍN viene a reunir una multiplicidad significativa, desde el lugar del amor o encuentro de los enamorados, el cuerpo de la bella dama virgen, hasta la nostalgia del pasado o edad de oro del hombre en el que una vez no existió la muerte.
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA:
CIRLOT, J.E.: Diccionario de símbolos. Siruela, 1997.
PÉREZ PAREJO, R.: Metapoesía y crítica del lenguaje. Universidad de Cáceres, 2002.
TORRE (DE BABEL)

En el sistema jeroglífico egipcio, la torre es signo determinante que expresa la elevación de algo, o la acción de elevarse por encima de la norma vital o social. La torre, pues, corresponde al simbolismo ascensional primordialmente. En la Edad Media, torres y campanarios podían servir como atalayas, pero tenían un significado de escala entre la tierra y el cielo, por simple aplicación del simbolismo del nivel para el cual altura material equivale a elevación espiritual. El símbolo de la torre, por su aspecto cerrado, murado, es también emblemático de la Virgen, como muestran numerosas pinturas y grabados alegóricos que recuerdan las letanías.
Como la idea de elevación, antes mencionada, implica la de transformación y evaolución, de ahí que el atanor u horno de los alquimistas tuviera forma de torre, para expresar que la metamorfosis de la materia implicaba un sentido ascensional. Recordemos, asimismo, la torre de bronce en que fue encerrada Dánae, la madre de Perseo.
Por otra parte, tenemos la analogía torre-hombre. Así como el árbol se acerca a la figura humana, la torre es la única forma de construcción que toma la vertical como definición. Las ventanas del último piso corresponden a los ojos y al pensamiento. Por esta causa se refuerza el simbolismo de la Torre de Babel como empresa quimérica, que conduce al fracaso y al extravío mental. De igual modo, el arcano decimosexto del tarot expresa la catástrofe en forma de torre herida por el rayo. La imagen alegórica presenta una torre semiderruida por un rayo que cae sobre ella en la parte superior (cabeza). Los ladrillos son de color carne para ratificar que se trata de una construcción viviente, imagen del ser humano. Dos personajes caen heridos por los materiales que se desprenden de la torre; el primero es un rey; el segundo, el arquitecto de la torre. Expresa el peligro a que conduce todo exceso de seguridad en sí mismo y su consecuencia, el orgullo, en relación, nuevamente, con la Torre de Babel.
No obstante, en el simbolismo de la torre cabe hallar una ambitendencia. Su impulso ascensional iría acompañado de un ahondamiento: a mayor altura, más profundidad de cimientos.
La Torre de Babel suele represnetarse como una construcción de tipo zigurat. Según se relata en el Génesis, los hombres pretendían con ella alcanzar el Cielo. Para evitar tal empresa, Dios hizo que los constructores empezasen a hablar diferentes lenguas, reinando así la confusión y la disperisón de los hombres. Al principio, todos los hombres hablaban una misma lengua. Se dirigieron a oriente y se asentaron en una llanura de Senaar. Decidieron edificar una gran torre cuya cúspide pudriera tocar el cielo. Usaron ladrillos en lugar de piedras y betún en vez de argamasa. Dios, enfurecido, dividió la única lengua en varias, provocando que los hombres no pudieran entenderse y así, se separaron. Los arqueólogos han intentado ubicar esta construcción: para unos, estaría en la actual Irak, sobre todo, al oeste de Bagdad; para otros, se encuentra cerca de la antigua Babilonia.
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA:
CIRLOT, J.E.: Diccionario de símbolos. Siruela, 1997.
10 de noviembre de 2008
¿EVA, LA PRIMERA MUJER?


¿Sabías que Eva no fue la primera mujer?
Según una interpretación rabínica del Génesis, la primera compañera de Adán fue Lilith. El Yalqut Reubeni relata que Dios la creó no del polvo puro o barro, como a Adán, sino con excrementos y sedimentos. Adán y Lilith nunca hallaron armonía juntos, ya que ella se negaba a adoptar una posición sumisa. Como Adán intentó obligarla, Lilith pronunció el nombre mágico de Dios y ascendió a los aires, alejándose de Adán. Salió del Edén y fue a dar al Mar Rojo, hogar de muchos demonios. Allí copuló con ellos y dio a luz a los lilim, seres montruosos cubiertos de pelos.
Tres ángeles fueron a buscarla, pero ella se negó a regresar al Edén, por lo que recibió como castigo la muerte de cien de sus hijos al día. Las tradiciones medievales dicen que Lilith mata a los niños menores de ocho días, incircuncisos.
Adán, abandonado, ruega a Dios a que acceda a concederle una segunda esposa. En esta ocasión, es creada Eva, a partir de una costilla de Adán, como símbolo de sumisión.
La figura de Lilith, por su naturaleza nocturna y demoníaca, ha estado al servicio de la imaginación creadora masculina, por lo que puede ser asimilada a otras figuras femeninas fatales de la literatura y el arte.
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA:
GRAVES, R. y PATEL, R.: Los mitos hebreos. Alianza, 2000.
8 de noviembre de 2008
CANTAR DE LOS CANTARES
